En un mundo organizacional que evoluciona constantemente, liderar desde los talentos ya no es una opción, sino una necesidad estratégica. Las investigaciones de Gallup han demostrado que las personas que trabajan desde sus fortalezas tienen seis veces más probabilidad de estar comprometidas con su trabajo y logran niveles significativamente más altos de desempeño y satisfacción. […]
En un mundo organizacional que evoluciona constantemente, liderar desde los talentos ya no es una opción, sino una necesidad estratégica. Las investigaciones de Gallup han demostrado que las personas que trabajan desde sus fortalezas tienen seis veces más probabilidad de estar comprometidas con su trabajo y logran niveles significativamente más altos de desempeño y satisfacción. Este enfoque pone en el centro a la persona, reconociendo que el desarrollo de sus talentos es la vía más poderosa para construir equipos efectivos y culturas organizacionales sostenibles
Liderar desde los talentos comienza con Visualizar: ver al otro en su singularidad, comprender sus patrones naturales de pensamiento, emoción y acción. No se trata solo de identificar sus cinco talentos principales, sino de observar cómo estos se expresan en su día a día. El líder se toma el tiempo de entender el mundo interno de sus integrantes, su lenguaje y su propósito.
El segundo paso es Inspirar. Aquí, el liderazgo se convierte en una conversación transformadora que reconoce y valora lo que cada integrante aporta. Inspirar es conectar los talentos individuales con los desafíos del equipo o la organización. Esto permite que los integrantes sientan que lo que hacen tiene valor, que sus dones naturales son útiles y celebrados. Esta etapa también fortalece el sentido de pertenencia y la confianza mutua
Luego viene Desarrollar, que implica crear contextos reales y significativos para que los talentos puedan desplegarse. Ya no basta con conocer los talentos; se trata de ofrecer oportunidades concretas para usarlos, combinarlos y expandirlos. En esta etapa, el líder acompaña y entrena a su equipo a vivir en su zona de fortaleza, a ajustar sus roles, asumir desafíos y aprender a regular el volumen de sus talentos, se genera un ambiente de cocreación donde la integración de las diferentes formas de pensar, sentir y actuar inevitablemente llega al resultado propuesto.
Finalmente, un liderazgo basado en talentos requiere Actuar con intención. Esto significa llevar a la acción aquello que se ha visualizado, diseñado y desarrollado, de manera impecable, generando experiencias que no solo cumplen, sino que deleitan y superan las expectativas. Es aquí donde el impacto del liderazgo se vuelve visible: en el compromiso, la productividad y el bienestar de los equipos
Liderar desde los talentos es, en esencia, liderar desde lo humano. Es reconocer que el talento es la semilla, pero la fortaleza es el fruto cultivado con consciencia, práctica y propósito.
Jun / 03 / 2025
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